jueves, 8 de noviembre de 2012

Regalos de un corazón.

Querido Corazón:
Tú que siempre buscas a quien amar y entregarte, te ruego, ríndete. Se que no te das cuenta, y que crees que así seremos felices, pero por favor te pido: no ames, no te entregues, no luches... Porque cuando lo haces, pierdes una parte de mi por el camino. 
Te entregas, das parte de mi ser a una persona que luego acaba yéndose y dejándome por el camino, y yo jamás recupero la parte extraviada. Me derrumbo más rápidamente a cada día que transcurre. Ya no tengo cuerpo con el que seguir, has dejado ir todas sus partes. A aquel primer amor le regalaste mi ilusión, a la primera traición le diste mi confianza, al primer adiós la melancolía, al primer contacto la curiosidad... Y así, paso a paso, fuiste dando cada una de las partes que te forman hasta quedarte sin nada. Hoy, al ver como todo en lo que creía se derrumbaba y quedaba a la intemperie has dado las dos ultimas partes, la soledad y la esperanza. Tal vez, mis ruegos lleguen tarde. 



Pobre Corazón, quisiste dar tanto que te perdiste a ti mismo en el camino.

Los cuentos de la soledad.

Desde que apareciste en mi vida no pudiste dormir nunca sin mi. Cada noche me llamabas, daba igual donde estuviese, y pedías que te contara un cuento. Me sentaba en el borde de tu cama y, con cariño, me esforzaba por narrar la más linda de las historias jamás oídas, para que pudieses conciliar el sueño. 

Hoy ya no estas aquí. Inconscientemente me he acercado a tu cama en busca de alguien a quien contar mi historia, mas no he encontrado a nadie. Inconscientemente he buscado en los recovecos de mi ser el cuento más hermoso para contarte, pero tan solo el silencio de la noche ha podido escucharlo. Inconscientemente he susurrado un "Buenas noches" a la soledad e inconscientemente he imaginado que aún estabas aquí, pero nada de ello ha sido suficiente.

Ahora, en mi cama, consolada por unas tristes mantas que atraen la nostalgia con sus caricias, te he recordado. He recordado aquellas noches en las que riendo nos despedíamos al ir a dormir. He recordado las veces que no pudiste oír el final del cuento por el cansancio y las veces que no bastando con el cuento, te cantaba nanas hasta el amanecer con tal de poder observarte descansar. Y, aunque parezca increíble, esta vez he sido yo la que no ha logrado dormir.


Comienza una nueva era para ti. Has crecido, debes volar del nido. Simplemente, resulta irónico que tras todo este tiempo, sea yo la que no puede dormir sin contarte un cuento.

viernes, 3 de agosto de 2012

¿Confías en mí?

- "Confiar o no confiar, difícil decisión y ¿Por qué confiar si nadie confía en ti? Puedes intentarlo pero sabes que esa persona desconfía y lo intentarás, intentarás confiar en ella pero ¿cómo? al mínimo indicio pensarás que desconfía de nuevo. Y ¿Cómo saber que no lo está haciendo? Hace ya algún tiempo nadie confió en mí, ni si quiera las personas que creí que estarían ahí por siempre. Duele sentirse desplazado y saber que no tienes nadie a tu lado nadie que crea en ti. La desconfianza corrompe hasta el alma más noble. Después de lo sucedido quise confiar, y lo intente pero siempre que quería confiar algo en mi gritaba que no debía que si no confiaban en mí yo tampoco debía confiar en ellos. No quería ser igual a ellos, tratar igual  a como me habían tratado mas no pude evitarlo. No puedo más odio ser así, quiero confiar, ser como era antes ¿Por qué tenían que hacerme eso? ¿Por qué? Eran mis amigos ¿Por qué no confiaron en mí? Ahora ya no soy la misma persona, me han cambiado, ahora ya no puedo confiar en nadie."
- ¿Confías en mí? - me interrumpió.
- ¿Cómo? - hice tiempo intentando averiguar si debería arriesgarme a decir la verdad.
- Que si ¿Confías en mí?
- Sí, en ti sí, tu siempre estuvistes a mi lado. - concluí, esperando no equivocarme esta vez.

sábado, 14 de enero de 2012

Locura incomprendida.

¿Locura o incomprensión? ¿A qué llamamos loco? Sencillamente, a lo que no entendemos. Sin ir muy lejos, si vemos a una persona nadando en el mar en pleno mes de diciembre y con una temperatura de 9º C, decimos: "Pero ¿Qué le ocurre? ¿Está loco o qué?" ¿Y si somos nosotros los locos por no tirarnos al agua? Esa persona no está loca, es libre, no tiene miedo de lanzarse al agua, lo quiere hacer y lo hace, sin importar lo que el resto del mundo opine, y eso, señoras y señores, es la libertad. Si no comprendemos algo, ya es una locura, pues ¿Sabéis qué? Yo voy a hacer locuras, voy a saltar en parapente teniendo miedo a las alturas, hacer esgrima no queriendo ser ensartada, tocar un escorpión siendo aracnofóbica... Y me da igual, todo ese miedo me da igual, porque quiero vivir la vida al máximo. Envolver todos mis miedos en un papel y lanzarlos bien lejos de aquí, donde no puedan encontrarme y seguir limitando mi vida. Soy adicta a la adrenalina, a vivir sin pensar en el ayer, sólo en el mañana, porque como bien se dice, la vida es corta y da patadas: "Céntrate en el día de la patada y cuando te des cuenta habrán pasado el resto". Vive y deja vivir, pero no permitas que te frenen, si algo de tu vida no te gusta, échalo fuera y no malgastes tu tiempo preocupándote por cosas que no merecen la pena, que la vida son dos días, así que "puerta y a vivirla". Haz locuras: Si quieres reir, rie, si quieres llorar, llora, si quieres saltar, salta... Pero nunca dejes de vivir. Y dilo, llámame loca, lo estas deseando. Y es cierto, poseo locura incomprendida pero jamás he dejado de vivir mi vida.


Texto creado con la inestimable ayuda de: Edu Surfing Yeah "http://eltiemposeacaba.blogspot.com/"

jueves, 22 de diciembre de 2011

Huellas en la arena.



El tiempo hace daño, mucho daño. Despertar en una habitación en la que antes la alegría palpitaba y ver que ahora ya no queda nada no es doloroso, lo doloroso es ver que el tiempo ha pasado y no has logrado todavía algo grande, algo que merezca la pena recordar. O eso creemos todos. Deseamos brillar, brillar aún más que las estrellas que pueblan el cielo en una noche oscura. Queremos encontrar nuestro lugar en el mundo, nuestra vocación, hacer algo que los demás recuerden siempre, dejar huella y si no lo logramos no nos sentimos realizados, pero todo esto no es más que una mentira creada por nosotros mismos, un círculo vicioso que se repite de generación en generación. Si no hemos echo nada grande, ¿Cómo es que en los momentos malos, cuando todo parece no tener salida, vivimos de recuerdos?. Si lo que hubiésemos echo no mereciese ser recordado, no lo recordaríamos, pero seguimos teniendo ansias de más, porque así es el ser humano, nunca se da por satisfecho. Hemos sido así desde el principio de los tiempos y lo seremos hasta el final de los mismos.
La mayor prueba de ello son los niños. Cuando teníamos 6 o 7 años todos queríamos ser: Super Héroe/Heroína, Cantante famoso/a, Modelo, Diseñador/a... Queremos dejar una huella indeleble en este mundo antes de irnos, pero ya la estamos dejando, estamos marcando este mundo con cada paso que damos, cada cosa que hacemos... El problema es que no nos damos cuenta de ello.
Tenemos miedo de que cuando ya no estemos aquí, no se nos recuerde porque no marcamos al mundo, porque no dejamos una huella en la tierra. No pensamos en que nuestros seres queridos nos recordaran, las personas con las que has compartido algo no se olvidaran de nosotros porque les hemos dejado huella, ahí esta la huella que tanto deseábamos pero no la habíamos visto. No es indeleble, se borrará cuando esas personas ya no estén, pero vale más que ser famoso y conocido a nivel mundial.
Vivimos de recuerdos y si recordamos siempre también nos recordaran siempre, eso es lo importante. Es Navidad, así que en vez de regalos dejemos huellas, seamos recordados porque a aquellos a los que les grabemos nuestro nombre estas navidades les estaremos 
dando un poco más de vida cuando necesiten vivir de
 recuerdos. Así que en esta Navidad me gustaría decirle,
 a quien me lea, a quien me escuche:
 "Recuérdame cuando me vaya"

domingo, 2 de octubre de 2011

Fotografías...




Sales a la calle y encuentras fotografías por todos lados, unas vienen otras se van, son simples retratos del tiempo que pasa, y es que eso mismo somos nosotros: "polvo eres y en polvo te convertirás" somos transeúntes que caminamos por la vida sin un rumbo fijo, hasta que un día ese rumbo llega. Miras en el álbum de tu vida y te encuentras con miles de fotos que siempre serán innecesarias. Siempre andas buscando la foto perfecta y... "¿para qué?" - me pregunto. Al fin y al cabo los momentos especialmente buenos o especialmente malos, se quiera o no, van a quedar grabados en la memoria sin necesidad de una prueba fotográfica. Y es que si un acto marca tu vida no se borrará aun que quieras olvidarlo. Fíjate bien un día en el que no estas del todo contento se pueden llegar a buscar las fotos para entretenerte y al fin y al cabo el día que todo es increíble y especial no piensas en sacar una foto. Las fotos nunca serán recuerdos de los momentos más especiales de tu vida, lo serán de los que no todo iba bien. Cuando quieras ver esos momentos especiales no busques en un álbum, los mejores recuerdos se encuentran en las fotos del alma, las que siempre estarán en tu memoria sin necesidad de verlas en un papel, las que siempre recordarás...

domingo, 10 de abril de 2011

Sólo un sueño.

-"Todos tenemos miles de sueños. Esa persona especial te presta atención al fin, te reconcilias con un ser querido, eres capaz de volar, no existen los problemas, consigues pedir perdón, no cometes más el mismo error que siempre te atormenta... Al fin y al cabo, son sueños, solamente eso, sueños. ¿Quién no ha pensado en ello alguna vez? Yo la verdad que no he dejado de hacerlo desde hace ya mucho."
-"¿Y cuál es tu sueño?"- dijiste con apenas un hilo de voz.
-"Muy sencillo. Mi sueño se llama "solución". Ponerle solución a mis errores del pasado, que esas peleas tan sumamente desagradables se solucionen y vuelvan las buenas amistades, solucionar ese sentimiento de soledad que me embarga y se encierra en mi congelando mi interior cuando todo va mal, buscar la solución a toda esa desconfianza que cubre el mundo..." - dije todo eso de golpe aunque lentamente y con todo el peso que conllevaba.
En ese momento lo pensaba y a día de hoy aún lo pienso. Me sostuviste la mano entre las tuyas y la acariciaste, aunque no te miraba supe que no dejabas de observarme, podía sentir esos dulces ojos castaño claro posados en mi, pero no era capaz de levantar la cabeza.
-"Los sueños se cumplen"- susurraste pegado a mi oído.
Levanté la cabeza lentamente y te mire, no habías hablado mucho pero habías dicho más que nadie.
-"Estoy contigo todo irá bien"- continuaste tu alegato intentando animarme.
Leí en tu expresión que no te era fácil hablar y ya que una imagen vale más que mil palabras decidiste abrazarme. No hacía falta nada más.